Desde luego
que aquella noche,
aunque todo
pudo haber sucedido,
no sucedió
nada, pero nada,
lo que se dice: nada
de nada. Y no obstante...
aquella
fue la noche,
la noche aquella ¿no?,
la noche entre las noches.
En fin, la noche en que
Pétalo
conoció la nieve.
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Desde luego que nada
de nada es todo.
Y la noche es la noche.
Y la nieve es la nieve.

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